Su esposa Teresa, de fuertes raíces en el Valle d'Àneu (su madre, Tomasa Birbe, era originaria de Esterri d'Àneu y el padre, Juli Arnalot, de Alos d'Isil), le hizo descubrir pueblos, iglesias y rincones que supo trasladar al lienzo con la fuerza y dureza propia de aquellas tierras. La Vall d'Àneu y la Vall d'Aran se convirtieron en un terreno virgen a explorar, a descubrir, a compartir.