Cercanía con Lérida, media montaña, clima seco, veranos suaves, amigos lugareños, hermoso paraje... qué más podía reunir para ser un buen destino de descanso estival. Y así fue, durante muchos años (década de los 60). Con su esposa e hijos, allí pasó largos veranos, en un principio por esa cercanía, después, ya desde Barcelona, por cariño a esa tierra.